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¿Qué propiedades tienen el hierro y el acero?

hierro

Aunque puede parecer que sean lo mismo, la realidad es que el hierro y el acero son muy diferentes. Sus características también difieren bastante, así que hay que saber diferenciar ambos metales para poder utilizarlos de manera correcta.

Lo primero que hay que saber es qué es el hierro. Es un metal que se encuentra en la naturaleza y que es el segundo más abundante, después del aluminio. El núcleo de la Tierra está compuesto en su mayoría de hierro y está presente incluso en el corazón de las estrellas. Y podemos extraerlo y su uso está muy extendido en cualquier industria, e incluso en nuestro día a día.

El uso de hierro está extendido en todos los aspectos de nuestro día a día y se puede encontrar en muchos elementos de construcción, o fabricación de muy distintos productos. Eso sí, no se utiliza en su forma natural, sino que se crean aleaciones para que se pueda hacer más resistente, maleable y dúctil.
El hierro se extrae de minas donde se encuentran otros minerales.

El hierro está unido a la magnetita, la limonita, la hematita y la siderita, entre otros elementos. Para separarlo de estos, hay que someterlos a un proceso bastante complejo, a altas temperaturas, que consigue la obtención del hierro y el descarte del mineral al que va unido para su uso en otros procesos.

Se trata de un metal duro y dúctil, pero no ofrece mucha resistencia y hay que unirlo con otros minerales para conseguir que obtenga distintas características, que permita que sea práctico en distintas industrias, en la construcción y en la fabricación de todos los productos en los que está presente, en mayor o menor medida.

El hierro, base del acero

El hierro se puede utilizar para determinadas cosas, donde la resistencia y no se requiera una capacidad de resistir presión muy elevada. Uno de los usos más comunes en la decoración, donde se trabaja de manera artesanal, mediante la laminación en caliente, golpeando con un martillo. También se puede utilizar en forma de hierro fundido, que se coloca en moldes para conseguir piezas de formas complejas.

Para todo lo demás, se utiliza el hierro unido a otros minerales para que la aleación tenga unas propiedades concretas. Cada mineral y la proporción utilizada es la que determina el tipo de producto que surgirá.

Para fabricar el acero, al hierro se le une carbono. Según la cantidad de carbono que se añade al hierro, se consigue un acero con propiedades ligeramente diferentes. Se suele utilizar una aleación con un 0,08% y un 2% de carbono.

La mayor o menor cantidad de carbono añadido hace que el material resultante, el acero, tenga unas características diferentes. Por ejemplo, cuando se añade hasta un 2% de carbono a la aleación, se considera acero, pero si se supera este porcentaje, estamos ante hierro fundido o arrabio.

El acero se puede soldar con facilidad y esto hace que sea muy práctico para crear grandes estructuras, capaces de resistir pesos elevados y tensiones altas. Hasta que no se comenzó a utilizar el proceso de fabricar el acero, el uso del hierro no era tan común. Se utilizaba sobre todo para pequeñas herramientas, objetos decorativos y poco más.

Cuando se comenzó a mezclar con gases ricos en carbono durante el proceso de fundición, se descubrió que cambiaban sus propiedades y se hacía más resistente, con lo que se podía utilizar para otro tipo de usos.

Con el paso del tiempo, se ha ido descubriendo que la adición de otros elementos hace que se convierta en una aleación más resistente a la corrosión y sea capaz de soportar más tensión y peso. Esto ha facilitado que sea utilizado para la construcción.

A partir del siglo XIX, se comenzó a utilizar el acero como columnas y vigas donde se sustentaban los edificios, gracias a las mejoras conseguidas en la obtención de esta aleación. Y además se ha conseguido que el acero tenga otras utilidades en muchas industrias.

Si se añade cromo, se consigue que sea más resistente a la corrosión. Si el material añadido es zinc, se consigue el acero galvanizado, que resiste mejor la acción de las condiciones climáticas. También se pueden añadir otros materiales, como el manganeso, el wolframio, el níquel y el vanadio, que le aportan otras características.

El acero se oxida con facilidad, así que es necesario añadir elementos que lo protejan de las condiciones climatológicas. Con esta adición, resulta ser un producto ideal para cualquier trabajo en el que se necesite contar con un material resistente.

Sus características también lo hacen muy polivalente. Se puede convertir en finos hilos de poco grosor, laminarse con un grosor muy fino o fabricar vigas de gran tamaño para la construcción. También se utiliza para fabricar vehículos, herramientas y en cualquier otra industria que necesite un material resistente, fuerte y funcional.

Y es en el almacén de hierro de referencia de Madrid, Tubos París, donde puedes encontrar todos los materiales que necesitas para tu proyecto. Desde piezas para la industria, que se pueden utilizar para la fabricación de cualquier producto hasta vigas y material para su uso en la construcción.

Además, en el almacén de Tubos Paris contamos con un robot automatizado para la gestión del material. Un robot que convierte a nuestras instalaciones en las más modernas del sector. Y no solo contamos con la tecnología, sino también con la experiencia y la profesionalidad del personal de Tubos París, siempre a disposición de nuestros clientes.

No lo dudes y busca el producto de acero y otros metales que necesitas. Todos ellos los puedes encontrar en nuestro almacén. Y si lo necesitas, nuestros profesionales te asesorarán para que encuentres lo que estás buscando. ¡Te esperamos!

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